Fabricación del Vidrio

El Vidrio e Historia, componentes del vidrio y proceso de fabricación.

El Vidrio e Historia

El vidrio es una mezcla de silicatos. La composición aproximada de un vidrio de ventanas es Na2O.CaO.6SiO2. El vidrio lo fabricaban ya los egipcios 1400 años A. de C.; en su elaboración añadían un óxido básico (procedente del natrón o de las cenizas de madera) a la arena (donde se encuentra la sílice). Esto permitía rebajar el punto de fusión de la mezcla y mantener por más tiempo el estado viscoso del vidrio, es decir, prolongar el tiempo de fabricación. El vidrio así obtenido era soluble en agua. Añadiendo a la preparación silicatos terrosos o metálicos (piedras calcáreas o plomo) se creó el vidrio que hoy conocemos. Rápidamente los artesanos variaron sus colores e incorporaron limadura de hierro, agua marina y corteza de abedul, cuerno de vaca, carbón, azufre y también antimonio.

Componentes del Vidrio

La sílice (arena cuárcica), mezclada con óxido de sodio y cal, es el componente básico del vidrio de uso corriente. Si se reemplaza el sodio por potasio, se obtiene el cristal de Bohemia, que tiene más brillo y dureza. La mezcla de sílice, potasio y óxido de plomo, se caracteriza por su pureza, brillo y mayor densidad.

Proceso de Fabricación

El proceso comienza con la trituración de los silicatos. La fusión del polvo obtenido se realiza entre 1350 y 1550 °C en cubas a las que el trabajador accede mediante conductos cerrados por ventanillas. Cuando la mezcla ha pasado al estado líquido, el recipiente se aleja ligeramente del fuego, para conseguir que el vidrio alcance, entre los 1000 y 1100 °C, un estado viscoso suficiente para el moldeado. Es entonces cuando el artesano hunde su caña en el recipiente y el vidrio que va a moldear durante un tiempo limitado por el enfriamiento de la materia. Al llegar a los 700 °C esta deja de ser maleable. Si el enfriamiento es demasiado brusco el vidrio estalla, si es demasiado lento hay riesgo de desvitrificación.

Para el moldeo, el obrero utiliza la caña (tubo de hierro que sirve también para el soplado), un mármol (sobre el que va a redondear e igualar la bolita luminosa que se ha enganchado en la caña), los machotes (moldes de madera en los cuales se redondea u ovala el vidrio), los hierros y las tijeras (para precisar los perfiles) y, finalmente, un puntel. En efecto, el vidrio pasa poco a poco de un rojo oscuro al verde: es la señal de enfriamiento, y el momento de volver a calentarlo y de añadir una pastilla de vidrio viscoso fijada en el extremo de una varilla de hierro (el puntel) a la mezcla que formará la base del vidrio. Se puede separar el vidrio moldeado de la caña y continuar el trabajo con la pinza, que permitirá, por ejemplo, poner las asas, moldear ciertos elementos, o colocar varillas muy finas (filigranas). El vidrio puede también recibir una decoración de relieve por el procedimiento de tallado en frío o de grabado (con diamante, rueda, ácido o incluso arena). Finalmente se puede decorar con pintura o esmalte, aplicados directamente o sobre láminas de oro y plata.