Personajes de la narración

En la narración, los personajes son quienes, a través de sus acciones, van generando el acontecer del relato.

¿Quiénes son los personajes?

Dentro de cualquier obra narrativa existen seres ficticios creados por el autor, que viven los acontecimientos y acciones que se van generando a partir de sus propias características e interacciones. Los personajes pueden ser humanos, animales, objetos, seres abstractos y alegóricos, e incluso seres mágicos o fantásticos que al no existir en el mundo real, son originales dentro del mundo narrativo.

Los personajes tienen características físicas y psicológicas que van definiendo su acción e intervención en el relato. Dependiendo del tipo y extensión de la narración, los personajes pueden ser estáticos o ir evolucionando. Esto significa que si bien algunas veces los personajes, con ciertos rasgos muy marcados,  no cambian mucho su forma de ser a medida que avanza la historia, en otro tipo de relatos, las cosas que van ocurriendo modifican y cambian a los personajes de manera que estos van creciendo, aprendiendo, y evolucionando física y psicológicamente, ya que son afectados por la historia en sí.

Además los personajes pueden clasificarse según la participación e importancia que tengan en la historia. Existen personajes principales o protagonistas, quienes justifican y estructuran la acción del relato, de manera de que son quienes mas están influenciados por la historia y quienes más inciden en ella. También, hay personajes secundarios como entes que al no ser imprescindibles como el protagonista, lo secundan apareciendo y desapareciendo del relato frecuentemente. Por último, están los personajes anecdóticos o incidentales, cuya presencia es mucho más reducida en el relato ya que están más relacionados con las circunstancias o episodios puntuales, que con la historia como tal.

¿Cómo se expresan los personajes?

Los personajes piensan y tienen cosas que decir. Esto pueden hacerlo a través de enunciaciones del narrador que cuenta lo que piensan, dicen y sienten (como por ejemplo en «Laura se sentía sola. Pensaba que todos la habían abandonado en el peor momento. Llamó a Rodrigo y le dijo que subiera..» es el narrador, en tercera persona, quien cuenta lo que Laura piensa, siente y dice), pero también pueden expresarse a través de su propia voz, mediante diálogos y narraciones en primera persona, en donde se refieren a ellos mismos (siguiendo con el mismo ejemplo: «Me siento sola. Todos se han ido en el peor momento. -Alo, Rodrigo.. ¿Por qué no subes? Tengo algo que decirte.. «). La mayoría de los textos narrativos combinan las voces del narrador y del personaje para ir desarrollando lo que estos piensan y quieren decir, como se muestra en el siguiente ejemplo:
«Había una vez una amplia llanura donde pastaban las ovejas y las vacas. Y del otro lado de la extensa pradera, se hallaba el hermoso jardín rodeado de avellanos.

El centro del jardín era dominado por un rosal totalmente cubierto de flores durante todo el año. Y allí, en ese aromático mundo de color, vivía un caracol, con todo lo que representaba su mundo, a cuestas, pues sobre sus espaldas llevaba su casa y sus pertenencias.

Y se hablaba a sí mismo sobre su momento de ser útil en la vida: –¡Paciencia! –decía el caracol–. Ya llegará mi hora. Haré mucho más que dar rosas o avellanas, muchísimo más que dar leche como las vacas y las ovejas.

–Esperamos mucho de ti –dijo el rosal–. ¿Podría saberse cuándo me enseñarás lo que eres capaz de hacer?

–Necesito tiempo para pensar –dijo el caracol–; ustedes siempre están de prisa. No, así no se preparan las sorpresas.

Un año más tarde el caracol se hallaba tomando el sol casi en el mismo sitio que antes, mientras el rosal se afanaba en echar capullos y mantener la lozanía de sus rosas, siempre frescas, siempre nuevas. El caracol sacó medio cuerpo afuera, estiró sus cuernecillos y los encogió de nuevo.

–Nada ha cambiado –dijo–. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace.

Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo….»

(Fuente: El caracol y el rosal. Adaptación del cuento de Hans Christian Andersen (fragmento))
 

Personajes estereotipo:

Dentro del género narrativo existen ciertos personajes cuyas emblemáticas características hacen que aparezcan una y otra vez en relatos y cuentos, construyéndose así como personajes estereotipo que al ser utilizados frecuentemente en la literatura, van cumpliendo roles específicos y predecibles.

Algunos de los estereotipos que han sido personificados abundantemente en la literatura, a través del tiempo son:

1. La bruja: Villana del mundo maravilloso  y fantástico, es generalmente egoísta, malvada, y poco agraciada físicamente.

2. La madrastra: Muy poco maternal, interesada, que en muchos casos supone la desarticulación de la familia.

3. El hada: Protectora, mágica, bondadosa, maternal, femenina, es quien muchas veces está en relación con las virtudes y el bien.

4. El héroe: Generalmente diferente de la gente común, se caracteriza por ser valiente, sacrificado, generoso, masculino, y físicamente bello.