Modos narrativos

A continuación conocerás los tres modos o estilos narrativos.

Respecto del modo de narrar, cabe decir que generalmente se determina por el estilo de organización de la narración y representa tres niveles de influencia del narrador en los hechos relatados. El concepto de modo narrativo se refiere a cómo está dicho lo que se dice, es decir, los modos de realizar la enunciación. Así, el narrador puede enunciar su discurso en forma monologal y reproducir en él las intervenciones de los personajes. Otra opción es organizar estas intervenciones en discursos dialógicos o integrar los dos modos narrativos anteriores. Esta división genera los tres estilos narrativos: indirecto, directo e indirecto libre.

Modo indirecto

Predomina el lenguaje del narrador en un discurso monologal. Cuando éste quiere dar paso a las palabras de alguno de los personajes, lo hace por medio de la conjunción subordinada que o simplemente aludiendo en su propio discurso a las palabras del personaje, sin abandonar el monopolio del discurso. Veamos un ejemplo:

«De lejos, de las últimas filas de embarcaciones, no podía apreciarse si el Viejo había envejecido o no. Se pintaba como un insecto gesticulante, como algo pequeñísimo y activo, en lo alto de la laja. Alzó la mano y habló. Dijo que Grandes Trastornos se aproximaban a la vida del hombre; dijo que este año, las culebras habían puesto los huevos por encima de los árboles; dijo que, sin que le fuera dable hablar de los motivos, lo mejor para prevenir grandes desgracias, era marcharse a los cerros, a los montes, a las cordilleras»

(Alejo Carpentier, Los advertidos)

Modo directo

Consiste en la reproducción textual del diálogo que entablan los personajes. Por lo tanto, el narrador no interviene discursivamente, sino sólo en el marco de la cita que introduce a través de verbos como pensó, dijo, expresó, entre otros. A continuación un ejemplo:

«- ¿Quiere levantar el cristal? – le dijo un chico que oía a Haendel en una radio a pilas.

– No, no, no – dijo ella con falsa autoridad -, de ningún modo, gracias, sólo quería mirar.»

(Clarice Lispector, La partida del tren)

Modo indirecto libre

Es complejo, pues se fusionan los dos modos narrativos anteriores, de manera que el discurso del narrador se mezcla con el de los personajes, aunque sin anunciarse de manera explícita la intervención de uno u otro. El narrador reproduce los pensamientos íntimos y las sensaciones del personaje integrándolos en su propio discurso en el estilo y vocabulario propio del personaje (y no del narrador), como si formaran parte de él.

Como puedes ver, este modo de narrar tiene un alto grado de ambigüedad, por lo que a veces es bastante complejo determinar si es un discurso interno o externo, si pertenece al narrador o a un personaje. En este caso, es el contexto el que ayuda a dilucidar este aspecto. Veamos un ejemplo:

«Esto le enfurecía; buscaba en causas externas o en el ciego destino la causa de su impotencia mercantil, y al volver a su casa iba echando rayos y centellas, o poco menos, por ojos y boca. ¡Si viviera su cara Fidela, otro gallo le canta!… Pero, ¡carástolis, con las gracias del de arriba!… Miren que habérsela llevado y dejar aquí a la otra, a la pécora insufrible de Cruz…»

(Benito Pérez Galdós, Torquemada y San Pedro)