Tipos de suelo presentes en Chile

En Chile existe una gran diversidad de suelos.

Entre los tipos de suelo con mayor presencia en nuestro territorio podemos señalar las siguientes categorías:

Aridisoles

Son los suelos originados en zonas áridas; se caracterizan por permanecer secos y por carecer de vegetación; en estos suelos un elemento transformador es el viento, pues suele arrastrar a las partículas más finas que los componen.

Entisoles

Este tipo de suelo se caracteriza por no tener un horizonte bien definido; generalmente son suelos jóvenes puesto que no poseen horizontes definidos, aunque también pueden ser suelos longevos que no han logrado desarrollar horizontes por la resistencia de los materiales generadores a la meteorización.

Alfisoles

Los suelos alfisoles se desarrollan en climas que tienen periodos de aridez, por lo que sus perfiles se presentan secos durante una parte del año.

Ultisoles

Este tipo de suelo se desarrollan en regiones con altos índices de pluviosidad, pero que a la vez tienen una estación relativamente seca; por ello, los suelos ultisoles se caracterizan por ser pobres en el desarrollo de horizontes o capas y porque para ser utilizados en labores agrícolas requieren el uso de fertilizantes para solventar la escasez de sedimentos.

Espodosoles

Este tipo de suelos se desarrollan en regiones con climas húmedos y fríos, que además poseen una alta presencia de vegetación boscosa. Se caracterizan por poseen un horizonte de eluviación, en el cual se acumulan sustancias amorfas como coloides orgánicos y sesquióxidos de aluminios.

Inceptisoles

Estos suelos poseen un perfil más desarrollado que los suelos entisoles, aunque todavía no están totalmente consolidados. A pesar de que presentan evidencias de eluviación, no alcanzan a desarrollar un horizonte en el cual se acumulen sustancia asociadas a esta característica. Los suelos inceptisoles se encuentran en climas húmedos.

Molisoles

La principal característica de estos suelos es que en ellos se han acumulado una gran cantidad de materias orgánicas en descomposición; por ello, este tipo de suelos son ricos en la presencia de humus con calcio, un rasgo propio de zonas semihúmedas o semiáridas, las que poseen una vegetación de pradera lo que asegura la existencia de materia orgánica en profundidad.